La llegada de Edgar a la Morgue
Quiero presentarles a Edgar, el coleccionista. Llegó a la Morgue por su oscuro pasado como dueño de una funeraria, donde usaba los cadáveres para crear una forma de arte muy particular.
Su compulsión por esta afición surgió del trauma al participar en la preparación del cuerpo de su hermano gemelo, a los doce años, ya que su padre consideró oportuno ese momento para integrarlo al negocio familiar.
Edgar tiene miles de historias escalofriantes para contar, y un particular punto de vista para captar la realidad, que en su mente tiene los contornos bastante difusos…
Sueñen con Edgar, queridos amigos…
Edgar, el coleccionista
Edgar, prestigioso dueño de la funeraria local, tiene un pasatiempo secreto.
Pese a que no le faltan empleados, él se ocupa personalmente de preparar los cuerpos.
Cuando le piden un velatorio a cajón cerrado, se siente de fiesta. Porque es un coleccionista. Y transforma los cadáveres en verdaderas obras de arte.
Ya sea por partes, o enteros, con su experiencia en el campo, y años de estudios sobre taxidermia, química e incluso técnicas milenarias de conservación, tiene en su ¨sala especial¨ seiscientas sesenta y seis piezas únicas, de su creación.
Sabe que no puede mostrar al mundo aún su obra. Se siente especial, creador de algo bello, original, que algún día será debidamente apreciado y valorado.
Su última pieza la realizó con un bebé.
Lo acondicionó debidamente. Le insertó alas que armó con plumas reales, obteniendo un ángel, que cuelga estratégicamente con finísimos hilos de acero, casi invisibles, con el espectral aspecto de flotar en el aire.
Edgar está orgulloso de su querubín.
Lamenta profundamente no poder compartir tanta belleza. Pero no se amarga.
Tiene muchísimos proyectos en mente…
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