Invoquemos la Muerte en forma de canto
Los Lunes pasan por la Morgue como transcurren en cualquier parte del mundo: rodeados de cadáveres en plena putrefacción...y lentos, es por eso que hemos decidido cada Lunes sentarnos al rededor de una mesa redonde, frente a un café y una ouija a relatar aquellas historias que nos aterran sobre el mundo humano (sí, a los muertos nos dan miedo ustedes).
Para todos aquellos (afortunados) que no recibieron doctrina religiosa o musical, no reconocen de inmediato este himno basado en el libro de las Revelaciones y sobre cómo todos nosotros terminaremos en una tortura eterna llevada a cabo por estacas... o algo similar; pero desde la perspectiva musical:
es la manera más antigua de evocar a la muerte.
Dies Irae es un cántico mucho más viejo que Beethoven o Mozart. El himno es atribuido a Tomás de Celano, fraile italiano medieval de la orden de los Franciscanos y es un poema de 55 versos que describe (con detalle) de como en el Día del Juicio Final los justos serán salvados y los pecadores serán enviados a las llamas del infierno.
En el siglo XV se incorporó a la Misa de Requiem y ahí comenzó su musicalización como un canto llano o Gregoriano que se popularizó al convertirse, gracias al Concilio de Trento, en parte fija de la misa de difuntos dentro del rito romano.
La importancia de este himno con respecto a otros será su capacidad para crear una conciencia colectiva de "muerte" o "desastre" traducido en las siete primeras notas de este mismo canto (Fa-Mi-Fa-Re-Mi-Do-Re) por lo cual en la época del Romanticismo fue usada incluso en forma de parodia al pánico.
Poco a poco, cada vez que un compositor quería referirse a la muerte, comenzaban a usar esas notas. Lo pueden encontrar en composiciones tan importantes como Requiem en Re menor de Mozart o Sinfonía Fantástica de Héctor Berlioz. Su popularidad es tal que en la actualidad se usa muchísimo en el cine y televisión, sale en The Shining, El Rey León, Frozen, Star Wars, etc.
Siempre que haya drama y muerte, el Dies Irae se escucha y te inunda (consciente o inconscientemente) de terror. Y es más seguido de lo que en realidad crees.
Al final del día parece que los humanos buscan acercarse a la Muerte de una u otra forma, pero siempre con un cuento de terror de por medio.
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