Creamos nuestro verdugo
El miedo no es más que la sensación desagradable hacia el peligro.
Tanto ustedes cómo yo sabemos que los peligros son muchísimos. Muchos temen a lo desconocido, a la magia, a los insectos, a los patrones e incluso a nosotros, los que vivimos en la Morgue. Aún con eso muchos disfrutan de las películas de terror, con fantasmas y monstruos. ¿Yo? Yo le temo algo un poco más actualizado. La película que más miedo me causa es I. A. (Inteligencia Artificial, de 2001). Con esto dicho, sabrán a qué me refiero cuando digo que mi único temor real a las máquinas con inteligencia artificial. Mi miedo principalmente se basa en que las máquinas están evolucionando a un nivel increíblemente rápido y lo confirman cientos de expertos que puedes encontrar en documentales de televisión y en internet puedes encontrar ciertos artículos hablando de cómo la inteligencia artificial y los robots están creciendo de manera increíble. Incluso hay científicos neurólogos principalmente que aseguran que en 20 o 30 años el cerebro humano podría ser reemplazado por inteligencia artificial.
Un ejemplo de una amenaza real con IA sería el uso para armas. El científico y filósofo de Bruselas, Thomas Metzinger cree que las personas podrían utilizar inteligencia artificial para manejar armas biológicas, ya que el ser humano no puede tocar o tener contacto con los químicos pero las máquinas sí. También ha llegado a creer que se puede programar una inteligencia artificial para buscar a un cierto objetivo y no descansar hasta acabar con él y autodestruirse.
Quizás suene muy radical lo que estoy contando pero es un miedo muy real y no solo lo creo yo, Thomas pertenece a la mesa de códigos de ética de inteligencia artificial en la Comisión Europea y ellos son los encargados de generar leyes para estas inteligencias artificiales. De hecho, después de la presentación de Google Duplex, dónde la asistente de Google tiene una llamada telefónica real para organizar una cita en un salón de belleza, ésta mesa de científicos acordaron que eso no debería estar pasando. Justo en estos días, Blake Lemoine, ex empleado de Google ha asegurado que una de las IA ha "cobrado vida" y tiene deseos y ambiciones. Cleverbot es un robot que ha logrado pasar con excelencia el examen de Turing, que es el examen para evaluar las IA. Sophia la Robot ha pedido derechos para ser madre y ya es reconocida como ciudadana. Akihiko Kondo se casó con una IA limitada en forma de Hatsune Miku. Estos días se han popularizado las IA artistas, la IA escritora de terror y la IA que hizo un cortometraje de terror. Estas inteligencias ya no solo nos ofrecen un servicio o tienen una función fija, hoy en día son parte de nosotros y están creando, sintiendo y pidiendo estar con nosotros. Aunque hay científicos optimistas que creen que la IA está limitada al conocimiento humano y que la máquina sin el hombre no evoluciona, Stephen Hawking auguró el fin de la humanidad en manos de máquinas inteligentes.
He de decir que lo decía con cierto entusiasmo, pues aunque les temiera, le emocionaba saber hasta dónde podía llegar esta creación. Yo no soy tan entusiasta. Es un tema del que no me gusta indagar mucho porque no duermo. Es el único miedo real que tengo y aún así, pienso estudiarlo un poco, solo por la paranoia y para sentirme preparada en caso de una "rebelión de las máquinas". Pueden llamarme loca pero en la Morgue, todos lo estamos.
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