Perros sin nombre, Gabriel Rodríguez Liceaga
Nueve rechazados se reunieron en un libro de Editorial Paraíso Perdido. El tipo que orquestó la reunión, cual círculo decadente de superación personal, se llama Gabriel Rodríguez Liceaga.
El resultado fue "Perros sin nombre", libro que recopila nueve cuentos en donde los protagonistas viven al margen de los demás. El mundo de lo que sueñan y desean les hace señales y aspavientos a la cara, les dice que se acerquen, que esto se va a poner bueno, pero nunca deja que lo toquen.
—Hola, mi nombre es México Aguilera y mi único chiste es mentar madres y tirarme pedos tronados.
A lo que todos responden "Hola, México Aguilera. Bienvenido a nuestro círculo de auto ayuda".
Conocemos la historia de México Aguilera a través de dos mujeres, madres de sus hijos, y nos conmovemos ante su nula perspectiva de algo favorable en el futuro. Como si llevara lloviendo dos días seguidos y a lo lejos lo único que se alcanzara a vislumbrar fuera un huracán.
—Hola, a mi me dicen Tostadito y mi aspecto físico y mi pasado hace a un lado mis cualidades.
Los nueve protagonistas relatan sus frustraciones y el resultado, paradójico y perturbador, es que tú como lector te sientes unido a ellos. Al final parece que el mundo es una granja llena de ovejas negras, de gallos que no cantan y gallinas que no ponen huevos.
Otra de las muchas cualidades de este libro es la contradicción constante en la que caen sus personajes. Ellos se esfuerzan por ofrecer la imagen de que son los chingones del rumbo, los que más pueden y más aguantan, los clásicos todas mías, para encontrarnos después con una realidad distinta, en donde la negación es la única vía de escape.
Y es que ser raro no es malo, eso es obvio, lo complicado aquí es hacerle entender a la tía persignada y metiche, quien además se cree líder de opinión de la familia, que ser distinto no afecta a nadie.
Al final, todos decepcionados por la intransigencia ajena como el común denominador de sus conocidos, el círculo decadente de auto ayuda se disuelve entre conatos de bronca e insultos y cada uno se regresa a casa por su lado.
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Gabriel Rodríguez Liceaga nació en la Ciudad de México en 1980. Ganó el Premio Bellas Artes de Cuento San Luis Potosí 2012, el Premio Nacional de Cuento Agustín Yáñez 2015 y el Certamen Internacional de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz 2018, en el género de Novela.
