Nefando, Mónica Ojeda
El conocimiento es para valientes y el precio a pagar para obtenerlo en ocasiones duele. Yo, una pierna cercenada de marinero loco, aprendí esta lección desde que el Capitán Ajab se obsesionó por aquella ballena mítica a bordo del Pequood.
Nefando es un libro que se lee con un hueco en el estómago y un puño alrededor de la garganta.
La novela publicada originalmente en 2015 por Mónica Ojeda, y que llegó a México gracias a Editorial Almadia, es un libro que debería de advertir en la portada sobre el riesgo de leerlo.
Es tan fuerte que de seguro un porcentaje muy alto de lectores no soportó leerlo todo y abortó la misión. Y no los juzgo, la salud mental en ocasiones exige ciertas acciones preventivas.
Nefando es, en la historia de Mónica Ojeda, un juego perturbador que vivió en la deep web y que encierra en su razón de ser las perversiones y la maldad concentrada del ser humano como especie.
Sadismo, esclavitud, trata, abuso sexual, secuestro, asesinato, violación, todo en un videojuego.
Esa es la punta de lanza creada por Mónica Ojeda para infiltrarnos, en una labor periodística y literaria incluida en la novela, en un mundo de horrores, más graves por ser el testimonio de algo que ocurre en la vida real.
Hay horrores en el mundo que ni siquiera están en el radar de la gente, y por no saber de ellos piensan que no existen.
El primer paso para definir la realidad, para sacar elementos nuevos de ese abismo negro que contiene todo lo que no existe, es nombrarlo.
Al ponerle nombre, el terror puede clasificado y cuantificado. Es lo que hace Mónica Ojeda con su Nefando: revela el horror y lo coloca a unos cuantos clicks de distancia.
El libro quedó en mi librero junto a otros libros perturbadores, justo entre Los esclavos, de Alberto Chimal, y Tu amor es infinito, de María Peura; a un lado de mi sección de marineros locos que incluye, por supuesto, a Moby-Dick, de Herman Melville .
Mónica Ojeda nació en Guayaquil, Ecuador, en 1988. Realizó estudios superiores en la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, donde obtuvo el título de licenciada en comunicación social con mención en literatura.
Posteriormente cursó un master en creación literaria en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona.
Su primera novela, La desfiguración Silva, ganó el Premio ALBA Narrativa en su edición de 2014.
En 2015 obtuvo el Premio Nacional Desembarco de Poesía Emergente por su poemario El ciclo de las piedras.
Nefando ganó en 2015 una mención de honor del Premio de Novela Corta Miguel Donoso Pareja.
En 2017 fue incluida en la lista Bogotá39-2017 como una de los 39 mejores escritores latinoamericanos de ficción menores de 40 años.
En enero de 2018 publicó la novela Mandíbula, seleccionada como una de las diez finalistas del Premio Bienal de Novela Mario Vargas Llosa en su edición de 2018.
En 2020 fue seleccionada como una de los cinco finalistas de la sexta edición del Premio de Narrativa Breve Ribera del Duero con su libro de cuentos inédito Las voladoras.
