Malignant (Una reseña)

James Wan regresa al cine de terror, género que le otorgó fama mundial con franquicias como Saw y El conjuro. Ahora Maligno se trata de todo un homenaje al "giallo" italiano (con su auge en los 60 y 70).y al fantástico de la década de los 80 con unas espeluznantes visiones como telón de fondo.

Se trata de una auténtica montaña rusa repleta de ideas que parecían rondar en la cabeza de San y que decidió juntarlas en una única película, pero puede que sea eso lo que hace que la película sorprenda, demostrando una vez más su capacidad para ajustar los tiempos a la perfección a la hora de provocarlos el susto, y recuperando de Saw el toque más desagradable de sus producciones de terror.

Es difícil explicar la trama sin soltar algún spoiler significativo, y es que Maligno ofrece una historia tan inquietante como inesperada. En ella, Annabelle Walls (Annabelle) interpreta a Madison, una mujer embarazada que sufre malos tratos de su novio hasta que una noche éste muere en extrañas circunstancias. Dos semanas después, y tras perder al bebé que esperaba, la atormentada joven regresa a casa para recuperarse, pero una serie de siniestros fenómenos comienzan a desestabilizarla.

Maligno es una mezcla salvaje de los diferentes estilos de terror y thriller citados, empleando una paleta de colores llamativa, como sucedía con el gaiallo, que a pesar del declive que vivió esta tradición italiana del suspense, aún hoy en día sigue siendo la referencia de muchos cineastas.

Wan recupera este estilo, con sus brutales asesinatos, su llamativa puesta en escena y sus resoluciones extravagantes, y lo mezcla con muchas más opciones estilísticas y géneros demostrando que sigue sintiendo pasión por lo que hace y le gusta innovar y aportar, no quedando como una mera copia barata de una película clásica.

Su elemento sorpresa le da a esta película un puntaje bastante alto, puesto que nos reitera que es posible seguir contando muy buenas historias sin necesidad de enfocarse únicamente en el miedo más fácil.