"La taquería"
Hace poco abrieron un local de tacos cerca de mi casa, fue algo muy polémico entre la gente de mi calle ya que su horario es muy inusual, solo están de 10 pm a 4 am.
La onda es muy nocturna y al parecer les va bien, les llega gente que sufre de insomnio, gente que viene de la parranda, que duerme de día y trabaja de noche.
Su clientela es igual de surrealista al metro de cdmx en sus últimas horas. Para los que no han vivido tal experiencia he de decir que después de las 11 pm la gente que usa el metro parece sacada de un carnaval, no lo digo porque sean coloridos ni energéticos, lo digo porque son raros, extremadamente raros. Es como si los extravagantes no quisieran colarse con la gente "normal", ellos deciden viajar a últimas horas de la noche para evitarlos.
Bueno, pues parece que esos mismos seres extraños terminaron comiendo en la nueva taquería.
La primera vez que fui era miércoles, había salido a beber con mis compañeros de trabajo y el hambre estaba haciendo de las suyas. Pedí 4 de pastor y un Boing de guayaba súper frío. Al probar aquel manjar no pude creer la exquisitez de la carne, la textura a cada mordida. No creo que fuera el alcohol que tenía en las venas porque no puedo olvidar la sensación que dejó en el paladar. Decidí ir con mayor frecuencia, reduje mis horarios de sueño por el simple placer de degustar aquel platillo. Empecé a ir cada jueves, después cada tercer día, hasta que me di cuenta que ya no podía vivir sin pensar en cenar aquellos tacos. Era mi parte favorita del día, desde que despertaba me la pasaba pensando en la hora de mi cena. Curiosamente noté otros cambios en mi aspecto, sentía mis músculos fuertes, mi piel tenía más color y a pesar de estar durmiendo menos me sentía con más energía. Estaba feliz.
Todo parecía tranquilo hasta que una madrugada me despertaron gritos de terror que venían de la calle. Los vecinos también se había despertado y cuando nos dimos cuenta la mayoría salimos a averiguar lo que estaba pasando.
Afuera la taquería encontramos a una pareja gritando de terror y vomitando al mismo tiempo y aunque se veía que la pareja había estado cenando en la taquería, el local se encontraba cerrado.
No tardó más de 15 min en llegar la policía, el alboroto en la calle era algo que no podía pasar desapercibido pues los gritos eran terroríficos, parecían estar en shock.
Gritaban y callaban, gritaban y callaban, era algo que no tenía fin, hasta que uno de los policías logró hablar con el joven y de inmediato pidió una ambulancia.
Las sirenas estaban a todo lo que da, la intriga nos estaba invadiendo, empezaron a escucharse algunas suposiciones; que si la joven encontró una pata de rata en su taco, que si descubrieron que estaban comiendo carne de perro, se decía de todo en esos momentos.
Fue hasta que la ambulancia salió a toda velocidad con la pareja que los policías comenzaron a moverse para resolver el problema.
Nos recomendaron regresar a nuestras casas porque no sabían lo que pasaría si forzaban la entrada del local. Podrían estar armados, podría pasar de todo, así que, con mucha resignación tuvimos que volver a nuestros hogares y espiar desde un ángulo más seguro.
Escuchamos que forcejeaban para intentar abrir la cortina de metal del local, pero fue hasta que golpearon la entrada con un coche que pudieron entrar. Desde mi ventana sólo podía ver muy poco así que decidí esperar hasta la mañana para enterarme de todo. Fue una terrible madrugada, no podía dormir, tenía el estómago revuelto, la intriga me calcomía, escuchaba murmuros, patrullas, coches y coches pasando, estaba por amanecer cuando volví a escuchar ambulancias. Sudaba de miedo.
No fue hasta las 6 am que todo regresó al silencio. De nuevo los vecinos comenzaron a salir para asomarse al local, creo que nadie había dormido. Para sorpresa de todos el local se encontraba sellado, no pudimos ver nada, había dos camiones de militares a un lado evitando que la gente se acercara.
Nadie estaba enterado de lo que había pasado, en las noticias locales no se mencionaba ningún suceso extraño y en el periódico de la colonia lo único que se decía era que terribles cosas sucedieron en la taquería, pero todo seguían siendo especulaciones.
Pasaron meses y la noticia parecía haberse evaporado, la taquería nunca volvió a abrir. Fue hasta que en facebook comenzó a circular un video de un señor contando una historia terrorífica.
En el video se observaba a un señor de no más de 40 años, se le notaba nervioso, en sus ojos había lágrimas y se le veía muy pálido, los ojos hundidos, el cabello despeinado y seboso. A los 2 minutos del video fue cuando reconocí a la persona, ¡era el mismo que había estado gritando en la taquería! E´l estaba frente a la cámara pero no alzaba la vista y cuando empezó a relatar lo que le había sucedido se me nubló todo, sentí que la presión me bajaba, comencé a temblar de frío.
– “ Estos meses han sido muy difíciles para mí, en un día cualquiera mi vida cambió por completo, perdí absolutamente todo, –llanto– hoy he decidido contar mi historia porque no quisiera que se repitiera…
Nos comentado a mi esposa y a mí sobre un lugar donde vendían los supuestos tacos más exquisitos –se tapa la boca para evitar las náusea–. Tardamos en ir porque el horario del local era de madrugada así que una noche después de festejar fui con mi esposa–mirada perdida– quedamos fascinados y decidimos ir cada viernes –cae una lágrima.
Una noche estando en el local mi esposa pidió entrar a uno de los baños, le señalaron una puerta pero su distracción la hizo entrar a otro lugar, –silencio– comencé a escuchar gritos de terror y ví cómo todos corrieron donde ella estaba, cuando quise acercarme me detuvo uno de los meseros y me dijo que la iban a traer, que no me moviera. En el momento que veo salir a mi esposa termino por desconocerla, estaba pálida, ojos sumidos, mirada perdida. Cuando corro hacia ella comienza a vomitar, lo único que pude hacer fue sacarla de ahí para intentar calmarla, dimos unos pasos fuera de la taquería y ella comenzó a gritar de nuevo, no podía calmarla, pasaron unos minutos hasta que pudo pronunciar “niños vivos, carne, tacos” –pausa y llanto por varios segundos– Tuve que relacionar todo con lo que ella había visto, me ganó el vómito, el coraje, el terror, ella siguió gritando y yo solo pude gritar con ella.
Cuando me di cuenta el local estaba totalmente cerrado, había gente a mi alrededor, comenzaron a llegar patrullas, seguimos gritando, estaba en shock, no podía pensar en nada más que coraje, miedo y asco.
Un policía logró que le contara lo sucedido, no recuerdo qué le dije no recuerdo qué más pasó, solo sé que llegó la ambulancia, nos subieron, en el hospital recobré la calma hasta días después.
Una de las doctoras me consultó para unos documentos que tenía que firmar –llanto– al parecer mi esposa nunca logró calmarse y tuvieron que ingresarla a un psiquiátrico. Ahora ella se la pasa sedada todo el tiempo, no habla, no se mueve, –llora más fuerte–, se perdió por completo.
Cuando logré salir del hospital me llamaron en la delegación para dar una declaración, en ella relaté lo que acabo de contar, tomaron nota, me pidieron más datos, descripciones de las personas que estaban…
Quería respuestas, pregunté por el local, por lo que mi esposa había visto y ellos solo me dijeron que cuando lograron entrar no encontraron a nadie, pero que en los refrigeradores encontraron partes humanas de niños entre 3 y 8 años, y que en una de las bodegas había rastros de sangre, las investigaciones arrojaban que pertenecía a una niña que había estado desaparecida por meses. Sin embargo nunca se supo sobre los que manejaban el negocio. Desaparecieron por completo, habían dado nombres falsos por todos lados y aunque la descripción física de aquellas personas estaban en manos de muchos policías y militares, la investigación se había vuelto un caso fantasma.
Cuento todo esto porque sé que ésta noticia jamás salió a la luz, nunca se dijo en ningún periódico, en ningún canal y sé que seguramente pronto van a borrar éste video. Quizá solo pocos lo vean pero solo necesito relatarlo, necesito más información, si alguno de ustedes sabe más sobre éste caso, por favor, hable, necesito justicia… necesito….”
Lo que sigue del video fueron lágrimas y gritos ahogados de furia. Tuve que ver el video por partes porque las náuseas y el vómito me ganaban, también quise gritar, quise golpear, ¿cuántas veces no estuve en ese puesto? ¿cuánto habré consumido? ¿qué pude haber consumido?
El video se hizo viral a nivel nacional y de ahí comenzaron a salir más y más personas contando su experiencia, una enorme cadena de taquería similares salieron a la luz, la gente comenzó a volverse loca. Muchos decían que ésta cadena de taquerías llevaba más de 50 años en funcionamiento, pero se habían mantenido en silencio hasta que comenzaron los videos.
¿Qué carajos con la policía? ¿con los reporteros? ¿Cuántos casos similares existen?
Llevo meses sin probar la carne, sin poder dormir, sin poder comer con gusto, me robaron el apetito, las ganas de despertar, me robaron el alma. Me siento sucio, me doy asco, quiero morir...quiero morir… por Dios, quiero morir que la náusea me gana...
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