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La muerte cobra impuestos

La noticia de su muerte fue una de las más satisfactorias que he recibido en mi vida. Al fin me

había librado de una de las personas más crueles y sádicas que había conocido. Pero, como si

se tratara de un cruel último castigo de este ser mortal, tuve que ocuparme de una parte de su

funeral. Yo no sabía nada de funerales, es decir, soy embalsamador pero el experto en

funerales es Edgard, no yo. Así que como buen gusano de biblioteca hice lo mejor que sé

hacer: investigar.


El costo de los funerales en México se pueden clasificar en 3: económico, intermedio y de lujo.

Depende también la cantidad y tipo de servicio que ofrecen que por lo general son traslados,

ataúd o urna, entierro o cremación, flores, velatorio, arreglo del cuerpo y hasta el café. Debes

saber que el precio se distribuye de la siguiente manera: 52% se destina al ataúd; 20% a la

sala de velación; 9% a la gestoría; 8% a la carroza para los traslados y el 7% es para el arreglo

estético del fallecido.

Digamos que te mueres en este instante (te atragantaste con tu saliva leyendo este artículo) y

no tenías un seguro funerario. Los costos pueden ascender a casi el doble en comparación a

ya tener un seguro o plan, aunque también depende si contabas con algún tipo de seguro

social pues a veces cuentan con servicios funerarios o si eres de un municipio de bajos

recursos puedes solicitar ayuda a tu cabecera municipal.


Pero vamos a los números. Los precios de un servicio básico inmediato pueden ir desde los 3

mil hasta los 17 mil 400 pesos. Mientras que los servicios intermedios tienen un costo de hasta

70 mil pesos y los servicios de lujo pueden ser superiores a los 100 mil pesos (a veces sin

contar impuestos). Pero claro, estos precios no cuentan el mariachi, las flores, las plañideras, el

alcohol ni el pan que se les da a las señoras durante nueve días y muchas veces estos precios

no incluyen la fosa. Recuerden que lo ideal es comparar precios en al menos 3 funerarias.

Sé que a muchos no les gusta pensar en su evidente e inevitable muerte, pero apenas un 1.3%

de la población cuenta con un plan para irse al más allá y esto muchas veces causa más peso

emocional que la muerte en sí. Si no tienes una cultura de ahorro, lo mejor es optar por un

seguro. Muchos grupos funerarios tienen planes hasta de 3 años para pagar y consideran tú

accesibilidad.

Así que además de tu AFORE, deberías de pensar en qué ocurrirá contigo cuando ya no

estés. En mi caso logré ahorrar mucho dinero. La oráculo ya había previsto su muerte y me

había comentado que contaría con abundancia económica. Estaba tan feliz que me la pasé

sirviendo café a la muerte y haciendo mole para los invitados.

Un último detalle, al pagar sus servicios funerarios recuerden que ningún precio les comprará el

paraíso. No se engañen, la mayoría de nosotros sabemos para dónde vamos.




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