Himnos, Eduardo de Gortari
Abrir este libro de cuentos publicado por Editorial Paraíso Perdido es tan inesperado como bajar el cierre, destapar una bolsa negra sobre la plancha y descubrir qué clase de cadáver te toca embalsamar hoy.
Para escribir Himnos, Eduardo de Gortari mezcló ciencia ficción y fantasía, le agregó quinientas horas de buena música, cien gramos de hormigas rojas (de las carnívoras), diez mililitros de adrenalina, paranoia en exceso ante el inminente fin del mundo, sospechas de que algún familiar es un cyborg y muchas ganas de llegar al espacio.
Leer Himnos te permite charlar con el autor y discutir con él sobre inquietudes básicas, quizá inocentes, que rodean la infancia y la adolescencia, pero al mismo tiempo puedes debatir sobre le existencia de dios o por el destino de la humanidad en la Tierra.
El tono del libro es juvenil, relajado, pero a la vez intelectual, como cuando platicas con un amigo que es muy bueno para la matemáticas y la física, pero de quien estás seguro que le falta un clavo en la cabeza (en algunos casos de monstruos que hemos creado en la Morgue de Rigor Mortis se han presentado varios a los que les sobraron clavos).
A este amigo de nombre Himnos, de quien sobra decir que se convierte en uno entrañable mientras devoras sus páginas, te dan ganas de escucharlo hablar de música. Joy Division, The Smiths, David Bowie, Arctic Monkeys y los Smashing Pumpkins son algunas de las referencias musicales incluidas, las cuales marcan el tono del libro.
Además, y por si fuera poco, Himnos contiene varias historias de amor y conflictos de parejas en los que está presente una fuerte tensión sexual.
En la opinión de este humilde trozo de pierna mutilada, la obra de Eduardo de Gortari puede colocarse en un librero en la sección de ciencia ficción, pero no muy lejos de aquellos contemporáneos que abordan la música con maestría, tales como Alta fidelidad, de Nick Hornby, y The Empire, de Joao Valente.
Eduardo de Gortari nació en la Ciudad de México en 1988.
Es autor de los poemarios Singles (RDLPS, 2008), La radio en el pecho (Tierra Adentro, 2010) y Código Konami (Literal, 2015).
Su primera novela, Los suburbios (Cuneta, 2015), fue votada por la revista chilena Lector como la mejor novela juvenil y elegida por el diario Reforma como una de las mejores del año.
En 2013 ganó el premio Punto de Partida y fue becario del FONCA.
Ha colaborado en publicaciones como Vice, Proceso y Letras Libres.
Estudio Letras Hispánicas en la UNAM.
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