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Fondo del océano

Tras haber devorado el cadáver de mi vecino, por razones obvias ya que solía abusar de su familia, mi cuerpo se había acostumbrado a comer muerte. Jamás me hubiera imaginado que el convertirme en un cuervo traería consigo ese apetito por carne muerta o ese antojo repentino por querer destrozar algo. Al haber sido siempre una chica, y luego un cuervo, siempre fantaseaba con el poder que tienen los depredadores y anhelaba algún día ser tan fuerte como ellos.


Había imaginado que la digestión de un monstruo era igual que la de un humano, que el cuerpo que había comido se desharía en mi interior, pero no, al parecer el interior de los monstruos es distinto a la anatomía de un ser humano.


El proceso de comerme a un humano es el siguiente:


  • Primero lo tengo que seleccionar, cazar y traer a la Morgue, esa es la parte más complicada, pero es mejor porque me gusta conocer su historia.

  • Una vez que está aquí, conmigo, dejo que el Cuervo tome total posesión de mi ser y comience a crecer, crece tanto que ya no cabe en la habitación y el humano se ve pequeño, irónicamente, como un pájaro.

  • Luego, con una de sus garras, el Cuervo lo sujeta y rompe los huesos. Me ha gustado este último paso ya que he empezado a disfrutar de sentirme tan poderosa.


Posterior a esto lo demás depende de cómo quiera comerlo o con qué parte iniciar, pero la digestión es la parte realmente interesante.

Cuando el cadáver entra a mi ser, mi estómago lo cubre y lo analiza, es entonces cuando lo transporta al lugar al que ese ser más miedo tiene. El vecino, por ejemplo, le teme al fondo del océano, así que mi cuerpo se convirtió en un abismo de oscuridad donde sólo sentía el peso del agua de mar cubriéndolo y veía las sombras de ballenas o animales gigantes pasando sobre él. Durante segundos, aunque se tratase de un brazo, un pie, le hace creer que es un cuerpo completo y que está vivo, entonces reacciona de acuerdo a la situación; en este caso el vecino comenzó a gritar y sintió cómo se ahogaba al ingerir agua.

Esto realmente dura minutos, pero son varios minutos por cada parte de su cuerpo que yo coma y el tiempo dentro de mi estómago crea la sensación de durar una eternidad.

Al finalizar, lo restante del cadáver se disuelve y sólo queda el recuerdo del terror que vivió alguien dentro de mí. El polvo de sus huesos se une a mi esqueleto, su sangre a la mía y así es como me he hecho más fuerte.


Esta ha sido una de las ventajas de comer muerte, entre más muerte como más poder tengo sobre ella, cada día la entiendo mejor y puedo manipularla dentro de mi ser, no sé qué día nos encontremos, qué día venga La Muerte o si es que ya nos olvidó por vivir entre las sombras en una Morgue, sin embargo, mientras averiguo la respuesta, he comenzado a disfrutar este ritual.






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