Auliya, Verónica Murguía
Resulta imposible hablar de Auliya, de Verónica Murguía, sin recurrir a palabras cargadas de mucho significado como "mágica", "memorable", "épica", "legendaria" y "fantástica".
La novela, publicada por la escritora mexicana en 1997, te inserta en el mundo mágico de la tradición árabe. En él, acompañamos a Auliya en su viaje hacia el mar: símbolo de la búsqueda del amor, de estar en paz con el mundo y de la vida.
El libro te deja con la sensación de arena en las uñas de los pies. Es inevitable perderse en la inmensidad del desierto y sentir sed.
Los pasajes en los que conocemos a fondo el reino animal y los genios malignos son una delicia que se quedará guardada en la memoria de los lectores.
El terror que se vive al interior del Palacio de Azabache, en donde Auliya es secuestrada por un espíritu salvaje, crea en la mente del público la sensación de mareo, como si de verdad estuvieres a merced de un demonio que te quiere utilizar para satisfacer sus planes malditos.
Auliya es una maga que tiene como principal poder la palabra. Yo, que soy una pierna cercenada de marinero loco, no pude evitar conmoverme ante las desgracias que persiguen a Auliya durante su aventura.
La historia navega entre lo filosófico y lo fantástico, y es en sí misma el relato del posible origen de los pueblos y de las ciudades actuales. En él, se difumina la raya que marca el límite entre la realidad y el mito.
Como bien escribe Carlos Fuentes en el prólogo de Auliya, "se trata de un libro mágico y generoso que será un suceso inolvidable para la literatura mexicana contemporánea".
Verónica Murguía nació en la Ciudad de México, en 1960.
Estudió Historia en la Universidad Nacional Autónoma de México. Vive y trabaja como escritora, traductora y periodista.
En 1993 fue becaria, en la rama de letras, del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes.
Es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Ha publicado una docena de libros para niños, tres novelas: Auliya, El fuego verde y Ladridos y conjuros y un libro de cuentos.
Obtuvo en 1990 el Premio Juan de la Cabada para escritores de literatura infantil y juvenil.
En 2013 ganó el Premio de Literatura Juvenil Gran Angular por su novela Loba.
