Alicia a través del espejo y lo que encontró allí, Lewis Carroll
Alicia es necia y volvió a las andadas. Superado el embrollo que causó luego de seguir al conejo hasta su madriguera, ahora la joven encontró el mundo de lo absurdo del otro lado del espejo de su cuarto.
Aunque claro, cualquiera puede encontrar lo que desee si se la pasa todo el día observando con detenimiento un objeto inanimado.
Yo una vez, aquí en la Morgue de Rigor Mortis, me quedé encerrado por accidente durante cuarenta horas en un refrigerador y fue fácil, transcurridas un par de horas, viajar a otras dimensiones del espacio-tiempo y charlar con seres mitológicos que surgieron eones antes del nacimiento de la vida en la Tierra.
La obsesión de Alicia, que muchos podrán decir que fue una combinación de tiempo libre en abundancia y aburrimiento, la llevó a otra ronda de aventuras fantásticas con personajes considerados, a más de ciento cincuenta años de distancia, como fascinantes, aunque yo no dejo de pensar en ellos como seres grotescos.
El recorrido que realiza Alicia a través de un tablero de ajedrez gigante para convertirse de peón en reina, alegoría de la transformación de una niña que se convierte en adulta, tiene más de neurosis que de un proceso de madurez.
Al igual que Alicia en el país de las maravillas, el libro tiene más de absurdo que de infantil.
La parte de las descripciones de un mundo al revés, como se ven reflejadas en el espejo, tiene algo de ciencia ficción: como si el libro nos abriera la ventana a un mundo paralelo igual de probable que el nuestro.
Al igual que lo que puede estar ocurriendo con nuestra realidad, hay probabilidades de que todo lo que ocurra sea parte del sueño de alguien más.
¿Te imaginas que todas las pesadillas vividas en la Morgue sean en realidad el sueño de un monstruo? Ojalá que sí.
Charles Lutwidge Dodgson, mejor conocido por su pseudónimo de Lewis Carroll, nació en Daresbury, Cheshire, Reino Unido, el 27 de enero de 1832.
Fue un diácono anglicano, lógico, matemático, fotógrafo y escritor británico. Sus obras más conocidas son Alicia en el país de las maravillas y su continuación, A través del espejo y lo que Alicia encontró allí.
Dodgson escribió poesía y cuentos que envió a varias revistas y que le reportaron un éxito discreto.
Entre 1854 y 1856 su obra apareció en las publicaciones de ámbito nacional The Comic Times y The Train, así como en revistas de menor difusión, como la Whitby Gazette y el Oxford Critic. La mayor parte de estos escritos de Dodgson son humorísticos y satíricos. Falleció en Guildford, Surrey, Reino Unido, el 14 de enero de 1898.
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